Capítulo 8: El auditorio del terror.

Según mi criterio, este capítulo se merece un título porque no fue una clase normal, tuvimos que dar un oral. Sin embargo tampoco fue un oral normal ya que la dimos en el auditorio del sexto piso. Cuando el profesor entró unos minutos tarde al aula, ya estaba muy nervioso, sentí que en el auditorio, me iba a morir. Sumado a esto, una compañera del grupo se tuvo que ir porque se sentía mal. Así que tuvimos que reorganizar todo el material y dividirlo nuevamente.
Al entrar al auditorio mis pulsaciones aumentaban cada vez más.
Paso el primer grupo, yo quería pasar lo antes posible porque no podía seguir con los nervios. Pasa el segundo grupo y mis nervios aumentaban. Cuando estaba por pasar el tercer grupo, como tuvieron un problema técnico, el profesor pregunto quien quería pasar, por lo que por decisión nuestra, nos ofrecimos.
Al subir, yo me encargaba de la apertura e introducción, del cambio de diapositivas y de la conclusión y cierre. Inmediatamente cuando nos sentamos y pusimos la presentación, mi mente se puso en blanco y tratando de evitar que se note el miedo, comencé a hablar y a pasar diapositivas. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, se puede decir que me empezó a agradar estar adelante hablando, a pesar de esto, los nervios seguían invadiéndome a tal punto que se me complicaba pasar las diapositivas.
Finalmente, terminamos el oral y me sentía mucho más aliviado, además pienso que mejoré mucho del primer desastroso oral. Luego siguieron pasando más grupos.
En lo personal, fue una muy buena experiencia, y según cómo me vi en este oral, me sentí más cómodo que en el anterior que fue de pie en el aula habitual. Me agradaría volver a probar esta experiencia aunque sé que me volverían a invadir los nervios.