capítulo 4

Llegando la hora de la clase, y sin saber todavía sobre qué hablar, los nervios me fueron invadiendo. Afortunadamente, al instante se me ocurrió un tema, pero tenía muy poco tiempo para prepararlo. Al principio no pensé que iba a costarme tanto, pero sin embargo cada ves que se acercaba mi turno no podía no ponerme cada vez más nervioso.
Finalmente llegó mi turno, paso al frente, toda la gente mirándome y yo pensando, "¿y ahora?, ¿cómo era que iba a empezar?". Pase con las ideas anotadas en la hoja, hoja que por los nervios había olvidado que la había dejado sobre la mesa y con una birome que guarde instantáneamente en mi bolsillo.
Bueno, finalmente comencé a hablar, las ideas se me enredaban en la cabeza y en mis palabras. Finalmente termino de contar sobre mi experiencia en el campamento y vuelvo a mi asiento, aliviado aunque sabiendo de lo mal que había estado allí adelante.